Mary Sáenz de Cadenas es casi sorda. Sufre de hipoacúsica, que es la pérdida parcial de la capacidad auditiva. Usa audífonos pero la suya es una sordera profunda a nivel nervioso y por ello debe aprender a leer los labios. El martes 8 de abril Mary fue maltratada en una oficina de la Sunat. Fue discriminada por un funcionario que no entendió su discapacidad e incluso la echó de la oficina.
Ocurrió en la cuadra 44 de la avenida Benavides. Mary se acercó a la ventanilla 7 del local y dejó su celular encima de la mesa. Ello provocó que la señorita que la atendía le reclame de forma airada y le preguntara si la iba a grabar.
La respuesta fue: “No, pero me gustaría, porque quisiera tener toda la información para luego pasarla a mi contador porque ya he tenido problemas y soy sorda”. Entonces ahí empezó el verdadero mal rato.
Se acercó el gerente del local, Víctor Cerrillo, y de forma prepotente, según cuenta Mary y su esposo Manuel Cadenas, le dijo que no podía grabar (pese a que la intención nunca fue hacerlo).
Mary le repitió que era sorda y que entonces necesitaría un intérprete. Lejos de indagar por la discapacidad, el gerente le negó la atención en la oficina. “La miró de pies a cabeza y se burló de ella diciéndole que no era sorda por que la escuchaba bien”, contó Cardenas.
“¡Soy labiolectora, imbécil!”, fue la respuesta desesperada de la mujer, mostrándole el audífono. Pero la humillación no quedó ahí, tras poner su queja en el libro de reclamaciones, se acercó a la oficina de Cerrillo para exigirle una disculpas. La respuesta fue peor: el gerente llamó a la seguridad y Mary tuvo que ser echada casi a la fuerza.
SUNAT SE DISCULPA
En conversación con El Comercio, Manuel Cadenas, indicó que la gerente de Defensoría del Contribuyente, Rossana Florián y el representante de imagen institucional de la Sunat, Ronald Carrasco se disculparon con su esposa ayer a través de una comunicación telefónica.
“La señora Florián nos dijo que enviarían una carta de disculpas y que atenderían el caso directamente. En el caso del señor Carrasco que realizarían una inspección a la agencia para investigar lo ocurrido”, dijo.
Sin embargo, lo que espera la pareja es una disculpa pública y que se creen mejores mecanismos de atención para personas con discapacidad. “Lo de mi esposa es solo un ejemplo de los cientos de casos que deben de registrarse en muchas oficinas”.
Además, en un comunicado enviado hoy a las redacciones, la Sunat lamentó los hechos ocurridos. “Luego de conocer el incidente, la Intendencia Nacional de Servicios al Contribuyente dispuso de inmediato que la Gerencia de Defensoría del Contribuyente asuma el caso y determine lo más pronto posible el esclarecimiento de los hechos”.
HUMILLADA
Tras el mal rato, Mary comentó que las personas con discapacidad no tienen que ir mostrando sus problemas para ser atendidas.
“Me sentí desnuda, como si me hubieran desnudado en público. Me dio tanta vergüenza. No por el audífono sino porque, o sea, si soy coja, ¿tengo que bajarme el pantalón para que me crean? Me dio mucha vergüenza y mucha rabia. Por eso, no me dio la gana de moverme”.
Manuel, en una publicación de Facebook, comentó que este problema de salud “es una de las discapacidades menos comprendidas, pues la gente cree que hablándoles más fuerte o gritándoles escucharán mejor, y no es así. Como combinan la lectura de labios con lo poco que perciben de la voz de una persona, mientras más la conozcan, la “escucharán” mejor. Pero las personas deben hablarle de frente, suave y claramente, para que ella “escuche”.
Además, “al contrario de lo que se cree, el ruido las afecta terriblemente, pues crea en su oído interno un tinnitus (zumbido de oídos) permanente, que a su vez les provoca jaquecas y migrañas”.
SANCIONES
Si bien la Sunat aún no ha anunciado sanciones a los empleados responsables, para el congresista Yonhy Lescano, miembro de la Comisión de Defensa del Consumidor del Parlamento, es indispensable que se castigue lo ocurrido.
“Deben ser sancionados por la Sunat, pero también deben indemnizar a la persona afectada, porque hay un daño moral”, dijo a El Comercio.
Agregó que si bien hay ventanillas especiales para atención a discapacitados, no hay personal idóneo para ofrecer los servicios. “No hay intérpretes de señas ni nada que se le parezca. Eso es discriminación. Además, se le da mal trato a las personas. Eso no es posible”, sentenció el parlamentario.
Fuente; Diario El Comercio
Escribir comentario