La implementación de la facturación electrónica no es un
proyecto de TI, sino más bien una optimización de los procesos del negocio, resaltó Kenneth Bengtsson, presidente de Efact.
La facturación electrónica será obligatoria a partir del 1° de octubre para las pequeñas y grandes empresas. En una nota anterior se expuso que tal proceso podría generar altos costos para la gran empresa, pero el presidente ejecutivo de Efact, Kenneth Bengtsson, dijo que, por el contrario, implicaría un ahorro de hasta 80% de gastos totales.
Para el caso de una empresa pequeña, el envío de una factura electrónica sería básicamente gratis, por lo que implicaría un ahorro casi total, declaró Bengtsson. Y en las empresas grandes, podría implicar un proceso con una duración de dos o tres meses, en el peor de los casos.
“Para sistemas de facturación sencillos la implementación de facturas electrónicas podría durar solo un mes (…) No necesariamente sería un cambio brusco, ya que la parte tecnológica no es tan complicada”, aseguró.
Asimismo, Bengtsson resaltó que para que las empresas aprovechen al máximo las ventajas de la facturación electrónica, y los ahorros potenciales, es importante entender que la implementación no es un proyecto de TI, sino más bien una optimización de los procesos del negocio.
Por ello, recomendó que las empresas opten por un socio con un conocimiento profundo y experiencia no solo de los aspectos tecnológicos sino también del negocio.
El caso europeo
Según Bengtsson, las empresas europeas están actualmente ahorrando 64.5 mil millones de euros por año gracias a la emisión de facturas electrónicas.
El dato:
El 1° de octubre entra en vigencia la normativa de la Sunat que obliga a 239 grandes empresas a emitir facturas electrónicas.
Fuente: Diario Gestion
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