El factoring es un instrumento de financiamiento al que pueden acceder todas los proveedores mediante la venta de sus facturas a una entidad financiera con el fin de contar con liquidez, ya que podrán tener la posibilidad de adelantar el cobro de sus facturas, a tasas competitivas y de una manera más rápida.
La semana pasada, se publicó la ley para fortalecer el mecanismo del factoring, mediante la cual el gobierno busca impulsar el mercado de valores y dinaminizar la economía en el país, sobre todo para que las Mypes y Pymes puedan mejorar su competitividad y puedan acceder a productos financieros más baratos.
Si bien este mecanismo ya se viene usando no tiene el éxito deseado, sobre todo por el proceso engorroso que el factoring tradicional, usando las facturas en papel, genera tanto para las empresas que buscan financiar sus facturas, como para los bancos que buscan financiarlos.
El proceso es limitante, ya que se debe llevar la factura físicamente al banco, y eso para una empresa puede significar ir al que le quede más cerca en vez de ir al que le ofrece mejores condiciones. Por el lado del banco, éste tiene que validar la autenticidad de la factura para reducir el riesgo. En este punto hay que mencionar que el papel es muy fácil de falsificar, y el proceso de confirmar el destinatario de la factura demanda tiempo y recurso.
Todos estos detalles, han hecho que el factoring no sea fácil de implementar, que sea costoso y administrativamente difícil para las partes involucradas. Si queremos que esta ley sea viable, se necesita fomentar mecanismos que hagan que los procesos administrativos sean más eficientes y eficaces, como por ejemplo la facturación electrónica, que dará a las empresas la oportunidad de intercambiar facturas de manera online con los bancos y que estos aceleren el proceso de validación de las mismas, ya que podrán hacerlo directamente a través de sistemas autorizados. Así las empresas obtendrán un financiamiento más rápido para contar con liquidez.
Recordemos que para mejorar su capital de trabajo, las empresas siempre buscan extender los créditos que tienen con sus proveedores. Con ello, el cliente debe extender sus plazos de pago con sus respectivos proveedores, los cuales harán los mismos con los suyos, y así sucesivamente en la cadena de suministro, cayendo en lo denominado “el efecto látigo”.
Si en algún momento de esta cadena, se puede inyectar dinero se podrá mejorar la competitividad para todos los involucrados. Es en este punto, donde el factoring será beneficioso, ya que permitirá al proveedor vender la factura a una entidad financiera y obtener su dinero al instante.
Pero si a la par, éste empresario realiza facturación electrónica, podrá aumentar sus opciones para vender las facturas. Recordemos que cuando la factura es física, el límite del factoring es geográfico, pero cuando es electrónica, puede venderse en cualquier parte del mundo. Por ello, con la facturación electrónica el empresario tendrá la opción de elegir, ya sea un banco local o en el extranjero, que ofrezca las tasas más atractivas. Eso aumenta la competencia en el mercado financiero, a beneficio de las empresas, sobre todo de las pequeñas y medianas, que a través de este sistema podrán obtener tasas hasta 50% más atractivas de las que el mercado ofrece actualmente.
Con esta nueva ley, se beneficiará a muchas empresas, pero sobre todo a más de 933 mil pequeñas y medianas empresas. Lo que ahora debemos entender es que el factoring a través de la facturación electrónica se hará más fácil, sencillo y rápido, por lo cual es necesario que se masifique su uso e implementación, algo en lo que ya la SUNAT y diversos proveedores del servicio de facturación electrónica, como nosotros, venimos trabajando.
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