Contamos en la actualidad con un ordenamiento jurídico del trabajo bastante más ordenado que el vigente en el país hasta hace poco más de 25 años.
Sin embargo, la realidad nos muestra que dos terceras partes –en el mejor de los casos– de la masa laboral se encuentran en el sector informal, donde las normas laborales brillan por su inexistencia.
Esta cruda constatación, además de evidenciar un abismo entre los aspectos meramente legales y los fácticos, nos debe plantear serias reflexiones sobre la exigencia de reformular el ordenamiento jurídico laboral y, en su conjunto, establecer lo necesario para simplificar el acceso a la formalidad, que no depende –ni por asomo–únicamente de la obvia revisión de las normas laborales, sino de una visión global que debiera incluir una disminución de la carga tributaria, el replanteamiento de las atribuciones de los entes fiscalizadores y la simplificación de la maraña burocrática que acaba ahogando al empresario. Acercarse al problema de la informalidad en el país desde la legislación del trabajo solamente, es un ejercicio llamado al fracaso.
Se ha pretendido reactivar el proyecto de Ley General de Trabajo que permanece en el Congreso de la República. Dejémoslo tranquilo.
No es una norma de exagerado nombre lo que se requiere, tampoco una agrupación de las leyes vigentes en un solo cuerpo normativo.
Texto refundido le llamarían los especialistas españoles; consolidación de normas, los expertos brasileños.
Tenemos que afinar los oídos en consonancia a las frías estadísticas, la población efectivamente protegida hoy por el derecho del trabajo es reducida, y buscar la forma de actuar en consecuencia, en el afán de tutelar a un porcentaje mayor.
Lamentablemente, el manejo asaz imprudente o bastante simplón, para ser más indulgentes, de la ley sobre el empleo juvenil desde todos los sectores, ha exacerbado los ánimos respecto a cualquier discusión sobre asuntos fundamentales en materia de política laboral.
De ahí que es muy probable que el tema tenga que posponerse hasta una mejor oportunidad.
Fuente: Diario Oficial El Peruano
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