En un reciente y muy interesante ensayo de David Kaplan, publicado por el BID, el autor se interroga respecto de las razones por las cuales la informalidad se mantiene en niveles tan altos en nuestra región, condenando a un significativo porcentaje de trabajadores a una labor precaria sin beneficios. Plantea la existencia de una vinculación entre la tasa de la formalidad y el Estado de derecho. Tomando en cuenta que los países más ricos tienden a tener un Estado de derecho más sólido y también menores índices de informalidad; se podría deducir –en principio– que “existe una relación estadística estrecha y positiva entre el indicador del Estado de derecho y el porcentaje de trabajadores que son asalariados formales”.
No llega a quedar del todo claro en el estudio citado, cómo funciona la relación de causa-efecto. En otras palabras, es la informalidad consecuencia de un débil Estado de derecho o, por el contrario, la informalidad afecta al Estado de derecho de tal forma que sus normas se terminan aplicando a un reducido porcentaje de los trabajadores, dejando de lado a una mayoría silente. Parece evidente que la informalidad es un extraño fenómeno que, a modo de un círculo vicioso, se retroalimenta a sí mismo.
El artículo, al explicitar las posibles causas de la informalidad laboral, señala a los costos laborales producto de la legislación del trabajo y al sistema impositivo. Detengámonos por un momento en este enunciado. La actual administración ha dictado, vía las facultades delegadas, una serie de disposiciones orientadas a luchar decididamente contra la informalidad desde diversos frentes, pero ha dejado de lado a la legislación laboral. En la actual situación, legislar sobre cualquier modificación a las normas del trabajo resulta sumamente complicado, debido al enrarecido escenario político. Los decretos legislativos publicados se originan en las mejores intenciones, reducir la informalidad, pero buscar una solución, dejando al margen al derecho laboral, puede complicar el logro de los objetivos trazados.
Diario El Peruano (08.02.17)
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